martes, 30 de julio de 2013

SUPATA LUZ VERDE A LA ESPERANZA


SUPATA LUZ VERDE A LA ESPERANZA

EMPRESA PEQUEÑA PERO REAL

MICROIMPULSO QUE PUEDE TENER LA FUERZA DE UN TREN.

Hace diez años iniciamos nuestra inmersión en el campo colombiano, la espinita llevaba haciendo mella en nuestros corazones desde muchos años atrás, queríamos tener un pedazo de tierra soñando con vivir nuestros últimos años en ella pero la tierra hay que comprarla y los hijos hay que criarlos y la plata no alcanzaba para las dos cosas simultáneamente, traducido a buen castellano, teníamos que volvernos viejos para que el sueño fuera una realidad y así fue como encontramos este pequeño lote de 10 fanegadas de perfil abrupto, de tierra que no se ha dejado domar y se mueve como un potro salvaje con unas 4 fanegadas de bosque entre maduro e incipiente y mucho potrero que por su pendiente era prácticamente no apto para la ganadería pero como por fortuna ese no era nuestro propósito comenzamos a planear cómo devolverle al planeta 10 fanegadas de biodiversidad.
Ingresamos tímidamente al bosque e iniciamos el trazado de  senderos al estilo de los que habíamos visto en algunos paseos ecológicos y nos fuimos dejando abrumar por ese golpe arrollador de los arboles,plantas,enredaderas,con sus troncos,frutos y flores polimorfos y policromáticos, intuimos la fauna sin verla y sentimos que la vida si existía y además se completaba ya que el concepto de vida que manejábamos era tal vez insuficiente o limitado pues la vida citadina se circunscribe al espacio que dejan las moles de ladrillo, el oxígeno respirable es aquel que dejan los motores porque el resto nos lo cambian por smog, debes desconfiar hasta de tu sombra si pretendes sobrevivir y el silencio es un objeto que se perdió y que nunca se volverá a encontrar, el tiempo tiene un ritmo inamovible y cuadriculado, los cerros solamente te recuerdan que existe la pobreza extrema y para hacerlo más evidente se siembran edificios en los mismos riscos como para dar a entender que la riqueza extrema no tiene problema en compartir espacios con los pobres teniendo en cuenta eso sí que dios protegerá de los deslizamientos a aquellos que tuvieron suficiente dinero para legalizar su depredación y castigará a aquellos que no tuvieron más remedio que invadir, en un entorno inteligente nuestros cerros tutelares serían refugio de flora y fauna con especies tanto animales como vegetales únicas y endémicas que podríamos observar y mostrar con verdadero orgullo patrio.
Supatá es un pueblo situado a menos de 80 kilómetros de Bogotá por la vía que conduce a La Vega casi 20 kilómetros adelante de San Francisco, es una carretera amable con un tráfico muy manejable y apenas se abandona la calzada principal comienza un concierto de color verde en todas sus tonalidades, se siente el agua en todas sus presentaciones naturales posibles y pronto llegamos a San Francisco, este municipio y sus veredas hace unos 30 años era el equivalente turístico de lo que hoy es Anapoima pero por fortuna el impulso turístico le dio paso al cuidado de la ecología y se convierte en una región donde todavía encontramos una buena cantidad de manchas boscosas y lo que es mejor una buena cantidad de personas propietarias de los predios aledaños preocupadas por conservar el medio ambiente.
Este fenómeno se repite cuando nos dirigimos a Supatá, podemos observar bosques compuestos por centenares de especies nativas, áreas bastante extensas que no han sido depredadas y gran cantidad de quebradas que atraviesan la carretera aún en épocas de verano intenso, no sabría decir cual es la razón de esta conservación solo sé que nos impactó positivamente y por esto aunado a la amabilidad de su gente decidimos como dije antes hace 10 años comenzar a construir el entorno que nos rodeará pronto cuando decidamos dejar de trabajar.
Iniciamos sin darnos tregua como buenos soñadores, la tarea de recuperar para la flora y la fauna un 70% de la finca, sembramos especies tomadas del mismo bosque ya existente, nos armamos de un buen altímetro y cuando veíamos algún especie arbórea a la orilla de nuestras carreteras, comprobábamos  que estuviésemos en un rango lógico con la altura de nuestra casa, y buscábamos en los alrededores si habían semillas o arbolitos recién brotados, de esta manera lograríamos preservar especies hermosas que muy probablemente serán arrasadas en el afán humano de convertir bosque en potreros para soñar con enriquecerse con la explotación y expoliación de la tierra, de esta manera hemos logrado asegurar la supervivencia de por lo menos 10 especies de árboles declarados como de alto riesgo de extinción.
Mientras Supatá tuvo emisora comunitaria nos dimos a la tarea de informar a la comunidad campesina sobre la importancia de cuidar la naturaleza e insistimos hasta el cansancio sobre la necesidad de preservar las fuentes hídricas, el programa radial se llamaba “ecología y medio ambiente” y por este medio tratamos de crear por lo menos la inquietud sobre la conservación de nuestro medio ambiente, desafortunadamente la emisora fue clausurada y fue por esta razón que decidimos buscar entre los propietarios antiguos y los nuevos la forma de asociarnos para por lo menos conversar sobre estos temas y fue surgiendo la idea de configurar de una manera más seria el grupo de AMIGOS DE LA NATURALEZA EN SUPATA, creemos que el futuro del grupo está en tener el honor de estar unidos para proteger nuestra flora y fauna y  haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que en el futuro nuestra mancha de biodiversidad se agrande y sea ejemplo para otros municipios del país.
                                                                   Enero 2004

Alejandro y Adriana  
Finca Cuzcungos.


                                                             Enero 2013, 9 años han pasado.


 



 

 


                                                                                                            

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